Hay quienes dicen que despúes de visitar ese lugar, se inclinan a creer que la crueldad y maldad de la especie humana no tiene límites.
Para comprender la Segunda Guerra Mundial y el genocidio de la gran parte de la población europea, no solo judía, sino tambien eslava, gitana, también discapacitados y homosexuales alemanes, es imprescindible visitar un campo creado por los alemanes nazi. Campo del exterminio Auschwitz – Birkenau es uno de los mejor conservados y por ende, más visitados por los turistas del todo el mundo. Está situado a unos 60 kilómetros de Cracovia, y es una de las excursiones más populares. No es recomendada para los niños por la fuerte impresión que causa.
En Auschwitz se presenta resumida la enorme maquinaria genocida. Sobre el Campo existe muchas publicaciones y guías que permiten informarse con detalles sobre ese lugar; aquí vamos a presentar algunos hechos y números que hacen trabajar a la imaginación de cada uno.
Datos mínimos: cerca de 1 millón 300 mil víctimas mortales de Auschwitz (¡algunas fuentes hablan del triple de esa cifra!). Apenas 400 mil personas – prisioneros del Campo – registradas; según las declaraciones del comandante del Campo Rudolf Höss, 70-75 por ciento de los deportados a Auschwitz pasaban directamente a las cámaras de gas, sin ninguna anotación de sus datos.
Unos días antes de la aparición del ejército ruso en Auschwitz en enero de 1945, del Campo fueron evacuados 56 mil personas, de las cuales entre 9 y 15 mil murieron durante las «Marchas de la muerte», ya que no estaban en condiciones físicas para caminar. En el momento de la liberación, en el Campo estaban tan solo 7 mil sobrevivientes muy enfermos y débiles, de peso corporal alrededor de 25-35 kilógramos.
El Campo conocido como Auschwitz era en realidad un complejo de tres campos: el primero, Auschwitz I, Auschwitz II Birkenau, el mayor, donde los nazis construyeron las más grandes instalaciones de exterminio masivo de la Europa ocupada, y Auschwitz III – Monowitz, construido durante la guerra por el consorcio aleman IG Farberindustrie como campo de trabajo forzado. En total fueron 47 subcampos y comandos externos del Campo Auschwitz I, construidos sobre todo junto a las minas y fábricas de industria pesada, donde los prisioneros eran la mano de obra gratuita. Todos los campos del complejo Auschwitz fueron aislados del mundo exterior para mantenerlos ocultos, y por supuesto todo el contacto de los prisioneros con el mundo estaba prohibido. A partir del año 1942, Auschwitz aparte de ser un campo de trabajos forzados, empezó a cumplir otra función: se convirtió en el centro del exterminio masivo de los judíos europeos.
Los números llegan a dar una imagen escalofriante: una sola cámara de gas en Auschwitz I, que fingía ser una ducha colectiva y donde encerraban de una vez hasta 2500 personas; en un año, entre 1942 y 1943 en Auschwitz I gastó 20 mil kilos de gas Zyklon B con cianuro, y según el comandante de Auschwitz Rudolf Hoss, para matar 2 mil personas era suficiente 7 kilos de ese gas. Era una muerte horrible, de asfixia, que duraba 20 minutos. Hasta hoy se conservan en la pared los arañazos de la gente que estaba agonizando en la cámara de gas.
En Auschwitz II – Birkenau, que fue construida para exterminar la mayor cantidad de judíos posible, al nada mas llegar, todos los considerados no aptos para trabajar: enfermos, ancianos, mujeres embarazadas y niños, eran dirigidos directamente a las cámaras del gas. En Birkenau las camaras – y hornos crematorios – eran cuatro, cada uno con una capacidad de incineración de 270.000 cadáveres al mes. Si las víctimas de las cámaras del gas no cabían en los crematorios, eran incinerados en unas fosas comunes en el Campo. Quienes eran obligados a quemar los cuerpos fueron otros presos también. Antes de arrastrar sus cadáveres a los hornos crematorios, los prisioneros debían retirarles las joyas o los dientes de oro.
Sin embargo en Auschwitz la gente no moría unicamente en las cámaras de gas, sino también de hambre o a causa de enfermedades ya que las condiciones higiénicas eran deplorables. No eran pocas las muertes por diversos experimentos médicos. En Auschwitz I fue creado un “bloque experimental” donde se realizaban unas pruebas médicas muy crueles, sin usar anestesia y por lo general, los experimentos resultaban en la muerte o discapacidad permanente. Y al fin, una gran parte de los prisioneros terminó fusilada, torturada o castigada a la muerte por inanición en las celdas del «bloque de la muerte».
No es lo mismo hablar en cualquier lugar del mundo sobre las atrocidades cometidas por los alemanes nazi que hacerlo en lugar donde hay tantas evidencias y vestigios.
En el Museo que hoy es el Campo Auschwitz – Birkenau se expone varias escalofriantes pruebas de lo que sucedía ahí en tiempos de la guerra. Uno se encuentra con la colección terrible: cerca de dos toneladas de pelo femenino cortado a las víctimas, más de 80 mil zapatos, casi 4 mil maletas, muchas de ellas firmadas con apellido y dirección, 40 kilógramos de gafas, varias prótesis, ropa, ollas, etcétera.
El Campo Auschwitz fue organizado como si se tratase de una fábrica, y se hacía uso de todos los bienes con cuales los deportados llegaban al campo. La táctica de los alemanes era de engañar a la gente, hacerles pensar que es sólo una reubicación, y muchos llegaron creyendo en esas promesas, otros presentían una trampa pero igual llegaban con sus partenencias y patrimonio en joyas, en dinero, en oro escondido en abrigos y maletas. Los prisioneros eran despojados de sus partenencias, que después eran clasificadas y gran parte de ellas enviadas a Alemania, desde joyas hasta partes de vestimenta. A los cadáveres se les sacaba dientes de oro para fundirlos. El pelo se usaba para el el revestimiento de algunas piezas de ejército alemán. No se debía desperdiciar nada, el Campo funcionaba como una industria estructurada bajo los principios de la productividad. Esa actividad inhumana no fue improvisada, sino que fue llevada a cabo con perfecta conciencia.
Auschwitz es ahora un símbolo mundial muy importante de la tortura y la inimaginable maldad humana. Todo eso sucedió, y Auschwitz está custodiando esa memoria para que la historia no vuelva a suceder más nunca. Le invitamos a visitar ese lugar, cruzar las puertas del Campo y honrar a los que hace 77 años la atraversaron para no salir nunca.